Uno de los mayores retos a los que se enfrenta una organización es la gestión del portfolio, una buena o mala gestión del portfolio de proyectos tiene impacto directo en la cuenta de resultados de la organización.

La gestión del portfolio está siempre vinculada la estrategia empresarial, ya que esta se ejecuta a través del portfolio y en base a eso se establecen los criterios y parámetros para seleccionar y priorizar los proyectos.

Por todos es conocido que de todos los proyectos que conforman el portfolio siempre existen proyectos de dudosa rentabilidad (sacos sin fondo que consumen y queman recursos) y en muchas ocasiones la organización se pregunta como en algún momento se decidió abordar ese proyecto (consecuencia de una mala selección de proyectos).

Una de las tareas del gestor/es del portfolio es priorizar proyectos asignando las prioridades en función de la estrategia del negocio y de la situación del mercado, esto implica tomar decisiones difíciles como posponer o incluso paralizar proyectos que se ven necesarios pero que hay otros prioritarios. Es importante a la hora de gestionar el portfolio disponer de un buen sistema de información que permita la selección de proyectos y asignar prioridades, por ejemplo si utilizas Microsoft Project para gestionar proyectos, existe el campo prioridad que permite seleccionar prioridades en un rango de 0 a 1000, puedes asignar prioridades tanto a tareas como al proyecto como un conjunto, esto luego permite redistribuir los recursos en función de las prioridades.

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